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PAUTAS PARA EL PERIODO DE ADAPTACIÓN ESCOLAR

Se acerca el comienzo de curso y para muchos de vosotros el período de adaptación es un paso que no sabéis muy bien como afrontar, por ello, os daremos unas pautas para que el proceso sea lo más fácil posible para todos.


¿Qué es el periodo de adaptación escolar?

El período de adaptación es el tiempo que necesita el niño para sentirse cómodo en un nuevo entorno que dista mucho a lo que está acostumbrado, la escuela.

Debemos tener en cuenta que, desde su nacimiento hasta este nuevo cambio, no se ha separado de sus progenitores y además, se encontrará con una persona totalmente desconocida para él y muchos otros niños de su misma edad (unos en su misma circunstancia y otros ya adaptados a ese nuevo ambiente), así como un lugar totalmente desconocido para los niños.


Para entender un poquito a los peques, nos ponemos en su lugar,


¿Qué sienten cuando tienen que pasar por este proceso?

Incertidumbre: Los niños no saben dónde están, quiénes son las personas que les rodean ni qué va a pasar en esa nueva situación.

Miedo: Generan un sentimiento de desconfianza que les hace pensar que puede ocurrir algo malo.

Inseguridad: No estar cerca de su figura de apego, y tener que ir a un sitio que no conocen, les hace sentirse inseguros y en muchos casos, rechazar a las personas que se quedan a cargo de sus cuidados.

Abandono: En muchos casos, la incertidumbre, les hace pensar que sus progenitores les han dejado abandonados y no volverán a verlos.


¿Qué suele ocurrir cuando llega el momento de la separación?

Llorar, gritar, agarrarse a la madre, pegar, tirarse al suelo… son comportamientos típicos de los niños al llegar el momento de la separación con los padres. No debemos alarmarnos por estos hechos, y debéis tener paciencia. Hay que entender lo difícil que es para muchos niños separarse de sus padres, y por ello, tienen comportamientos exagerados para intentar conseguir que la separación no suceda.

El primer día muchos tendrán esté comportamiento, otros quizás entren contentos. Para muchos de ellos, no existe consuelo posible ya que como hemos comentado anteriormente, se sienten abandonados y piensan que nunca más verán a papá o a mamá, y se tengan que quedar ahí para siempre.

El segundo día, suele ser el peor de todos ya que saben que tendrán que enfrentarse a estar ese ratito solos sin los papás y las rabietas, suelen ser más grandes. Todavía, no han podido disfrutar en ese nuevo entorno, y no quieren estar ahí. Pensamientos como “¿Por qué no puedo estar en casa con mami como siempre?, les lleva a hacer todo lo posible para conseguir lo que quieren.

En clase, normalmente tienen períodos de llorar (porque se acuerdan de que están solos) con períodos de tranquilidad, jugando u observando a los demás.

A medida que pasan los días, van viendo que papá y mamá cada día vuelven para recogerlo (que es lo que más ansiedad le genera), y además tiene la oportunidad de pasar un ratito agradable con más niños de su misma edad, por lo que la adaptación se irá consiguiendo poco a poco y en clase dejará de llorar para divertirse logrando aceptar la ayuda que se le ofrece.

En algunos casos, hay niños que, a pesar de estar toda la mañana contentos en clase, al salir y ver a papá o a mamá, vuelven a tener un episodio de llorar, porque les recuerda que les han dejado en ese sitio nuevo solos.


¿Cuánto suele durar el periodo de adaptación?

Todo depende de cómo lo afronten todas las partes, es decir, la profesora o persona de referencia que se hará cargo del período de adaptación del peque, los padres y él mismo.

El ambiente en el que se encuentra un niño en su casa, afectará al período de adaptación. Un niño que permanece todo el día en brazos, tendrá un período más costoso, que un niño mucho más autónomo, capaz de hacer cosas por sí mismo sin depender tanto de sus progenitores. Es importante que el niño tenga un apego seguro hacia sus padres, pero no una excesiva protección que les haga ser dependientes en todo.

En la edad de 0 a 6 meses, es la etapa de preapego, donde la adaptación será muy rápida porque aún no han desarrollado un vínculo de apego con la figura paterna o materna y mientras tenga las necesidades básicas cubiertas el niño se sentirá seguro.

El período de adaptación tendrá una duración diferente para cada niño, pero podemos decir que lo general es que se supere completamente como máximo en un mes.


¿Qué deben hacer las escuelas, guarderías o colegios?

Deberían proporcionar un ambiente que le ofrezca seguridad al niño y sobre todo ofrecer el máximo cariño a todos ellos comprendiendo los sentimientos que genera en ellos este proceso.

Es importante entender las necesidades de cada niño en particular ya que unos necesitan más contacto, y otros necesitan más espacio. Hay que ofrecer a cada uno lo que necesita.


¿Qué podemos hacer como padres?

- Lo primero que debemos hacer es ir hablándole poco a poco del sitio nuevo al que va a ir, contarle qué cosas va a poder hacer, los amiguitos nuevos que va a tener con los que podrá jugar cada día, cómo se llamará su profesora, y siempre que se pase por la puerta, señalarle el sitio para que le vaya resultado familiar.

- Explicarle que allí no pueden estar los papás porque es un sitio para que los niños puedan jugar con otros niños, haciendo hincapié en que después de que juegue un ratito, papá o mamá irán a buscarle para volver a casa.

- Es más fácil tanto para el niño como para los papás, que lleven al niño andando (Siempre que ya sepa hacerlo). Verá a otros niños entrar del mismo modo y además será más fácil que la persona encargada de su recogida, le de la mano y le acompañe a clase que si está en brazos y se aferra a la mamá.

- Hay papás que piensan: “Que no me vea irme que es peor”, “Me voy corriendo ahora

que no mira”. Estos comportamientos no son adecuados ya que el niño se siente

abandonado porque su papá se ha ido sin ni siquiera despedirse. Por ello, es importante

despedirse del peque de una manera rápida y normalizando la situación. Alargar este paso, no hará más que agravar la rabieta del niño. Si además ve a papá o a mamá triste o llorar, le transmite que ir a ese nuevo sitio, es algo negativo. Es importante que le transmitamos sentimientos positivos.


- En casa una vez comenzado el período de adaptación, pueden darse cambios. Llamadas de atención por parte de los niños, se sienten más tristes, incluso en ocasiones pueden dejar de querer estar con los padres. Estas situaciones son normales siempre que sean durante un período de tiempo corto y vayan desapareciendo a medida que se van adaptando, pero siempre es recomendable informar de todos estos cambios al centro,

sobre todo se convierte en una preocupación importante para los padres.












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